Sparkatale

De repente, escucho una canción en la radio. Todo pensamiento que habitaba mi cabeza por los momentos se desvanece para dar lugar a otros. La voz de Miguel Bosé perturba mi calma y empieza a cantar “Si tu no vuelves”. Por primera vez no solo canto la letra, sino que la comprendo y una lagrima, medio viva, medio muerta, se libera. Un dolor aparece y por lo visto, no tiene ganas de salir por un tiempo. Mi corazón grita, y siente una herida que no ha cerrado, sangrar otra vez. Duele. Y mucho. Pero no sufro por el. Sufro por su amor. Por haber perdido el amor que ya no siento, ni él siente. Ahora veo claro el infierno que significa vivir sin amar. Alguien te puede amar, pero si tu no sientes el amor, ¿de qué te sirve? Uno no puede enamorarse por la fuerza, es algo que simplemente sucede, sin fecha ni horario fijo, llega sin ningún tipo de aviso, ninguna explicación aparente. Hay gente que dice que uno aprende a amar. Creo en ello. Pero creo que uno no aprende a enamorarse. Aquello está en manos de Dios. Lo que si está en manos nuestras es el luchar por él, hacerlo crecer cada día, no dejar apagar la llama. Pero cuando esa llama se apaga, el frío te petrifica. Ese frío es punzante y lo sientes como una navaja afilada con cada bocanada de aire que tomas. Desesperada,ente buscas una llama, donde ya no la hay. Te rehusas a ver la oscuridad. Cuando aceptas la realidad, existe cierta calma, pero una marea alta azota con mayor fuerza. La duda. La espera. El no saber cuanto tiempo puede pasar hasta que vuelvas a amar, si es que vuelve a suceder. Y el dolor que revive con cada recuerdo, cada canción, cada olor, cada foto, cada vez que escuchas su nombre. Y te rindes, porque sabes que él se ha ido, y solo te queda intentar olvidar el anterior para cuando llegues a amar de nuevo. Olvidar y esperar. Con esperanza y paciencia. Solo eso queda.