Para Siempre (Una Historia Eterna)

El móvil me despierta, son las 2:51 am, eres tú, contesto la llamada y te oigo a ti sollozar, pidiéndome que vaya a recogerte a esa fiesta a la que fuiste con tu novio. Que tienes miedo de volver sola y ese inútil está tan colgado que hasta quiso acostarse contigo, a pesar de que se lo negaste, de que casi te viola ‘’pero no es su culpa’’ me dices, ‘’es por las drogas’’ le defiendes ‘’¿y quién le manda tomarse esas drogas?’’ pienso yo. Aparto mi enfado, por ti, porque sé que tengo que ir a buscarte y cuidar de que no te pase nada malo, como hago siempre, pero no te das cuenta o  simplemente piensas que es porque soy tu amigo. Porque eso es lo que siempre seré. Tu amigo.
Llego al local y tú estás afuera, esperando, con las ropas arrugadas y rotas, hechas jirones. En cuanto me ves sales corriendo hacia mi coche, me abrazas y me agradeces que haya venido, pero nada más. Conduzco hasta llegar a tu casa, tus padres ya se han acostado pensando que estabas en la cama, gracias a mí y cuando me giro observo que te has dormido en el asiento del copiloto, te cojo en brazos y te llevo hasta tu cama donde te deposito con suma delicadeza. Me dispongo a irme, pero me pides que me quede, que al menos merezco una explicación de lo que pasó y yo me quedo porque soy tu amigo. Sólo eso.
Me recuesto contigo y tú te pegas a mí. Me cuentas que no estás a su altura, que eres demasiado fea para él, que no puedes seguir su ritmo y que quieres cambiar, para que él te vea perfecta. Y me enfado, de tal manera que en estos momentos soy capaz de coger todos y cada uno de los objetos de esta casa y estamparlos sobre su cara, por no saber apreciarte como te mereces. 
Y mientras tú estás aquí llorando, yo estoy a tu lado, ofreciéndote mi apoyo. Pero tú no te das cuenta. Te digo lo bonita y especial que eres, pero prefieres escuchar a ese cerdo que no te conoce y que te maltrata en todos los aspectos. Porque lo amas. Pero yo te amo a ti y me duele que creas más a ese imbécil al que conoces de una semana que a mí, que te conozco desde el primer día de parvulitos, a mí que llevo enamorado de ti desde entonces y nunca te lo dije porque sabía que no sentías lo mismo por mí.
Pero así sois las mujeres, da igual los esfuerzos que haga una persona por hacerte sentir princesa, en cuanto llega otro y te llama fea, automáticamente te lo crees, porque las mujeres son así. Pero yo te amo, con tus curvas suaves, a las que él llama planas, pero para mí son perfectas, y tu carita de ángel, con tus enormes ojos aguamarina que me dicen todo cuando me miran, con tus finos labios que seguramente sepan a tu labial de fresa, con tus pequeñas manos que electrifican mi piel cuando me rozas, con tu mal genio de la mañana que sólo se soluciona con un cappuccino Starbucks con tres azucarillos y tres cucharadas de canela y tus ataques de histeria que un buen masaje en los pies se los lleva, con tus ronroneos cuando sueñas algo hermoso y tu sonrisa cuando algo te hace feliz, aunque solo sea un sorbo de ese café que tan caro me sale. Sé, sin lugar a dudas, que no hay alma en esta tierra que te conozca más que yo y es cierto, no eres perfecta, amor, no. Pero eres perfecta para mí.
Me levanté a las 8:03 am y salí por la ventana para no meterte en líos. Espero que lo entiendas. Te amo.

PD: la verdad es que esta carta no pensaba entregártela me daba miedo, pero volviendo a casa, un borracho se estampó conmigo. Ahora estoy en el cielo, donde podré observarte por siempre y donde guiaré tus pasos lo más que pueda y te cuidaré de todo mal. Sé que pensarás que esto es una locura, pero dejarte esta carta en tu mesilla es un favor que me han concedido y con la que espero que aprendas a elegir lo mejor para ti, a quien te saque esas sonrisas tan perfectas y a quien, al entregarle tu corazón, te lo cuide como el tesoro más preciado y sepa darte el suyo a cambio. Te prometo que nunca te fallaré y estaré siempre ahí, contigo, esperando que llegue el momento de reencontrarnos. Con amor. Tu amigo.

PD2: sécate las lágrimas y date la vuelta.

Te giras y yo estoy ahí, sonriente, feliz de que mi ‘’muerte’’ te hiciese derrumbarte y dispuesto a aceptar la bofetada en la cara que me das antes de abrazarme y llenarme de besos mientras repites lo idiota que soy por haberte hecho creer algo tan terrible. Me miras a la cara con tus preciosos ojos anegados en lágrimas y me dices lo más bonito del mundo. ‘’TE AMO’’. Te acercas a mí y me besas en los labios y como sospechaba, tus perfectos labios saben a fresas, pero ya no llevas el labial y eso me gusta aún más. Nos abrazamos un rato y me preguntas por qué te hice creer que me había muerto. Yo te digo que ‘’a veces solo nos percatamos de las cosas buenas que tenemos cuando las perdemos, así que te hice creer mi muerte para que supieses que yo soy el hombre al que buscas, que nunca ha habido otro y lo sabes ahora, puede que haya sido egoísta, pero era la única forma de que te percatases de la realidad. Lo siento, nunca quise dañarte ni hacerte llorar pero te prometo que fue la primera y última vez. A partir de ahora, si me permites, voy a hacerte la mujer más feliz y especial del mundo, porque es lo mínimo que te mereces y me esforzaré cada segundo por hacerte sentir tan bonita como te ven mis ojos a pesar de que sigas sintiéndote fea, es más, cuando te sientas así piensa en el significado que tiene FEA (Fantástica, Especial y Adorable) y así en vez de llorar, esbozarás una sonrisa y dejarás de hacer dietas inútiles que nunca podrán mejorar tu aspecto porque no se puede superar la perfección. Igual, ya no necesitarás hacerlas, porque si no puedo estar contigo, recibirás mil menajes recordándote lo hermosa, dulce, atractiva y única que eres. No quiero que cambies ni que te adecúes a mí. No te pido absolutamente nada a cambio. Es más si no quieres seguir con esto lo comprenderé y seguiré ahí por ti. Porque en el amor no puedes ser egoísta, en el amor de verdad, solo quieres hacer feliz a tu ángel. Y si no estoy muerto es porque cariño, nunca podré ir al cielo sin mi ángel que me guíe, y mientras tú estés conmigo, no habrá mayor paraíso que el de aquí y ahora.’’ Tus ojos vuelven a estar anegados en lágrimas y con la voz rota, provocada por el llanto, me dices otra vez que me amas y que quieres pasar toda tu vida conmigo. Yo te pido que no digas eso, ‘’no prometas cosas que no puedas cumplir, puede que alguno de los dos se canse y que la cosa no acabe bien, no quiero que me prometas toda una vida, solo quiero que me prometas los mejores momentos de ésta’’ Tú aceptas y así abrazados como estamos, te llevo a la cama, me dices que estás lista, leo determinación en tus ojos y mi pecho se hincha de orgullo, porque no solo me estás dando tu preciada virtud, yo te estoy dando la mía y con suma delicadeza, intentando que no sufras mucho y dándote en cada caricia y cada beso todo mi amor, nos unimos, no solo físicamente, cuando ambos llegamos al clímax y juntamos nuestras manos, siento que nuestras almas se unen también, haciéndonos un uno inseparable. ‘’Te amo’’ susurro. ‘’Para siempre’’ me contestas y ahora sé con seguridad, que es una promesa irrompible.